Puedes rellenar la tarta con lo que más te apetezca. Nosotros lo hemos hecho con queso crema, pero también puedes optar por algo más ligero como el yogur, o incluso comerte el bizcocho a secas, ¡que está buenísimo!
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Precalienta el horno a 180ºC.
Pela la remolacha y tritúrala con una batidora de vaso. También puedes rallarla, pero será mejor que utilices guantes. Reserva.
Pon los huevos y el azúcar en un bol grande. Bate con unas varillas hasta obtener una mezcla blanquecina. Añade el aceite poco a poco, removiendo bien.
Mezcla la harina, la sal, la canela y la levadura en otro cuenco, mezcla bien, y vuelca poco a poco en el bol grande, integrando bien la harina para que no queden grumos.
Añade la remolacha al bol y mezcla con una chuchara haciendo movimientos envolventes.
Engrasa un molde y vierte la masa. Hornea durante 25 minutos aproximadamente, o hasta que pinches con un palillo de madera y salga limpio.
Mientras se enfría el bizcocho, bate el queso en crema con el azúcar en polvo.
Parte el bizcocho de remolacha por la mitad, úntalo con crema de queso y añade las nueces partidas. Cubre con la otra mitad, y termina de taparlo con el resto de crema.